domingo, 5 de junio de 2011

¿Y ahora?

Imagina que te arrancan un brazo de cuajo y que despues tú mismo comienzas a arrancarte la piel tira a tira. Ahora imaginate esa sensación de dolor y ausencia dentro del pecho.
No hay nada que desee más en el mundo que las cosas vayan bien, no tener dudas... pero supongo que tengo una racha pesimista. Sin embargo, cuando parece que el barco sigue su ruta, inesperadamente viene una tormenta y lo desvia (y otra vez volver a empezar), o una ola lo asola, o simplemente no va en la ruta adecuada. El barco está lleno de agujeros pero no se hunde del todo. Tienes dos opciones:
Una es continuar hasta que se hunda por si solo, esperando que quizás de mientras llegueis a tierra y en el caso de que no, la tripulación sufrirá. Otra es hundir el barco a proposito, intentando salvar a la mayor cantidad de tripulación posible, pero igualmente sufrirá y encima el capitán tendrá siempre esa sensación de no haberlo intentado, de rendirse.

Es complicado saber qué tienes que hacer en estos momentos, supongo que hay que reunir primero a toda la tripulación...