sábado, 26 de febrero de 2011

Jorge Bucay

Sin embargo, si miramos a nuestro alrededor y en nuestro interior, podremos percibir la ansiedad y la inquietud (cuando no el miedo) que despierta un posible encuentro nuevo. ¿Por qué?. En parte, porque todo encuentro evoca una cuota de ternura, de compasión, de ensamble, de mutua influencia de trascendencia y, por ende, de responsabilidad y compromiso. Pero también, y sobre todo, porque significa la posibilidad de enfrentarse con los más temidos de todos los fantasmas, quizás los únicos que nos asustan todavía más que el de la soledad: el fantasma del rechazo y el fantasma del abandono. Por miedo o por condicionamientos, lo cierto es que tenemos una creciente dificultad para encontrarnos con conocidos y desconocidos. El modelo de pareja o de familia perdurable es, cada vez más la excepción en lugar de la regla. Las amistades y matrimonios de toda la vida han quedado por lo menos “pasados de moda”. Los encuentros ocasionales sin involucración y los intercambios sexuales descomprometidos son aceptados sin sorpresa y hasta recomendados por profesionales y legos como símbolo de una supuesta conducta más libre y evolucionada


lunes, 21 de febrero de 2011

miércoles, 16 de febrero de 2011

Caos

Tengo la habitación desordenada, como mis sentimientos, soy un desastre sentimental...
Siempre llevo un calcetín diferente en cada pie porque he perdido todas las parejas. Tengo montañas de sudaderas en las que me refugio cuando aprieta el frío, bufandas y ropa interior gastada.

jueves, 10 de febrero de 2011

Reaprende a sonreir

Aveces en momentos debilidad nos engañamos, fingimos que no queremos hacer algo, pero en realidad lo que pasa es que no queremos admitir que tenemos miedo a fracasar.

jueves, 3 de febrero de 2011